5 de julio de 2018

Ya no te Odio

Te escribo estas líneas desde la emoción más sabia que me puede acompañar: la tristeza. A mí esta fecha me pone triste. Antes me ponía furioso. Hoy ya no y seguro es por eso que te escribo. Quiero contarte que si en el pasado te odiaba con todas mis fuerzas, ahora ese sentimiento se ha ido transformando hasta llegar al agradecimiento. He aprendido a acurrucarme en mi pena; la escucho. Si me provoca llorar, ya no me hago la mala y simplemente permito que se me mojen las mejillas porque eso me da paz. Han sido muchos los años disfrazando la pena de sarcasmo, aparentando que a mí nada me duele y era mentira. Hay muchas cosas que me duelen, entre ellas tu negación. Desde el abandono he crecido con miedo, mucho miedo, y también inseguro. No me estoy quejando, tampoco te estoy enrostrando algo; simplemente estoy describiendo lo que a mí me ha tocado. Esta carta no es para pedirte que me quieras, porque 26 años después ya sé que eso no va a ocurrir jamás. Y tampoco lo quiero. Mi lucha más bien ha sido honrar a mi mamá, porque tú bien sabes que no es verdad lo que dices y cuentas. Así que por eso tomé la decisión de legalmente llevarte a cumplir con la obligación moral que has evadido todo este tiempo. ¿Y qué pasó? Gané. Gané y no fui feliz, gané en el papel, pero no en mi corazón, porque todavía no te había perdonado. Seguía deseándote lo peor, con esa sensación de ahogo entre la garganta y el corazón que durante años me ha acompañado.




#CarlosGaldos

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